4 de octubre de 2018

8. Después de ti.

Después de la tormenta
no vino la calma
sólo gris,
después de tus gritos
no vino la calma
sólo silencio,
después del silencio
tampoco vino la calma
sólo más silencio.

La calma abandonó mi vida
en el momento
en el que el silencio se volvió cegador,
en el momento
en el que dejé de bailar tus ruidos
para temblar de frío,
en el momento
en el que caí
y sólo oí tus pasos marcharse
y tu nuca
llena de verdades
voltearse
y ver la cara de la mentira,
en el momento
en el que la imaginé
bailar sobre tus miedos
y sobre mis escombros
reírse de tus recuerdos
y hacer canción triste mis quejas,
en el momento
en el que me olvidé de todo
por no olvidarme de ti
y me olvidé de mí.

...

Quedarme contigo
una vez más
después de esto
sólo sería olvidarme de mí
y romper a llover un diluvio universal
una vez más
y meterme en un bucle
en el que me abandono y me busco
y de donde nadie me ayuda a salir.

Aquí dentro empujan
más adentro
los recuerdos
y más me hundo,
y me hundo en mí y
mientras más profundo
más en el pasado
y más en ti.

Y río,
recuerdo que reíamos
estábamos juntas
y
pretendía
ser
feliz.

Y ahora cuando río
río tanto
y tan fuerte
que termino llorando de tristeza.

Después de haber roto una parte de mí ya
no espero calma.